El marketing político se especializa en el asesoramiento estratégico y conducción de campañas. En tiempos de elecciones los elementos principales de esta clasificación, mensaje, dinero y activismo, brotan utilizando diferentes estilos, colores, matices para un mismo fin.
Hoy, la televisión e internet, sobre todo las redes sociales como twitter y facebook, son el motor fundamental para que el marketing político funcione, aunque antes hay que pasar por tres niveles estratégicos imprescindibles. En primer lugar idear una estrategia política, luego comunicacional y por último publicitaria.
Previo a las elecciones de jefe de Gobierno en la provincia de Buenos Aires, Argentina, sobreabundó la propaganda política y si nos dejamos guiar por los resultados finales, el objetivo se cumplió por completo.
El fenómeno del marketing político en Latinoamérica surgió no hace mucho tiempo. El norteamericano fue creado anteriormente e influyó de manera directa. El estilo norteamericano en el marketing político de la región se inicia muy claramente en 1973 en Venezuela, en la campaña de Carlos Andrés Pérez, que fuera entonces asesorado por el consultor Joe Napolitan.
Por otra parte en Argentina, a partir de la Ley Sáenz Peña (1912), los partidos políticos comenzaron a ordenar sus campañas electorales sin contar con herramientas comunicacionales ni publicitarias demasiado sofisticadas. En 1983 la política argentina había incorporado sólo en pequeña escala las técnicas de la publicidad moderna y las herramientas de marketing eran prácticamente inexistentes.
El domingo en Argentina se llevarán a cabo las elecciones primarias. Estos días pudimos observar desde afiches provocativos hasta propagandas tragicómicas. ¿Ustedes creen que tienen impacto y generan cierta influencia en los ciudadanos a la hora de votar?
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